Panorama da História das Infâncias na América Latina
Conversa com historiadoras da Red de Estudios de Historia de las Infancias en América Latina – REHIAL
Aline Lazarotto[1]
Camila Serafim Daminelli[2]
Elisangela da Silva Machieski[3]
Nas últimas décadas os estudos em História das Infâncias e das Juventudes conquistaram espaço no território latino-americano. Nesse movimento, que representa uma expansão, mas também a consolidação do campo dentro dos estudos históricos, a integração entre os países latino-americanos demonstra, por um lado, a fertilidade dos encontros e projetos supranacionais e, por outro, os obstáculos específicos dos objetos e temáticas abordadas por historiadores e historiadoras das infâncias e juventudes.
A proposta deste panorama surgiu do interesse em mapear e comparar as particularidades nacionais, de registrar como cada historiadora – e consequentemente cada país – observa o campo de investigação em que atua. As entrevistas reunidas neste panorama expressam os olhares da Profa. Dra. Susana Sosenski e Profa. Dra. Silvia Maria Fávero Arend, representantes do México e do Brasil, respectivamente, na Red de Estudios de Histaria de las Infancias em América Latina, entre os anos de 2013 e 2021.
Em diálogo com os artigos que compõem este dossiê, as entrevistadas sinalizam que, atual e paradoxalmente, quando os direitos infantojuvenis se encontram ameaçados por governos autoritários, que entendem nos direitos e programas sociais um campo passível de enxugamento nos investimentos do Estado, no âmbito dos estudos se destacam os debates sobre a ampliação desses direitos, a abarcar infâncias e juventudes plurais, bem como o caráter ainda inconcluso da noção de proteção integral.
I
Susana Sosenski
Doutora em História pelo Colégio de México (2008), professora da Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM, especialista em História Social da Infância.
Un cruce entre la investigadora y el campo de la Historia de las Infancias y las Juventudes
Organizadoras do dossiê Infâncias, Direitos e Vulnerabilidades: Aline Lazarotto, Camila Serafim Daminelli e Elisangela da Silva Machieski
Cuéntanos sobre su trayectoria en las investigaciones y estudios sobre la Historia de las Infancias y Juventudes. ¿Cómo fue el proceso de ingresar en ese campo?
Susana Sosenski: Mi primer trabajo sobre historia de la infancia lo escribí mientras cursaba mi doctorado en El Colegio de México. En principio me interesaba estudiar a los vagos, delincuentes y pobres del siglo XIX, pero en el trabajo con los archivos judiciales me llamó la atención que aun habiendo varias historias de niños y jóvenes, éstos no hubieran provocado interés académico. Así, me interesé en tratar de dar rostro y analizar las experiencias de los niños pertenecientes a las clases populares urbanas que eran aprehendidos en las calles de la capital mexicana, acusados de vagancia y encerrados en el Tribunal de Vagos (fundado en 1828). En las sentencias y casos presentados en este tribunal, instrumentado por las élites decimonónicas como un dispositivo de control y de castigo a las prácticas populares urbanas, aparecía con claridad no sólo el objetivo de limpieza social del espacio urbano, sino también, en el caso de la infancia, el de entrenar a los niños para una vida laboral e inculcarles actitudes proclives al trabajo manual. Aquella investigación fue germinal para luego dedicar mi tesis doctoral al trabajo infantil en las primeras décadas del siglo XX, estudio que decantó en el libro Niños en acción: el trabajo infantil en la ciudad de México, 1920-1934.
Organizadoras […]: ¿Cuáles fueron tus mayores dificultades y también las satisfacciones investigando la Historia de las Infancias y Juventudes?
Susana Sosenski: Una primera dificultad en el ámbito académico fue argumentar sólidamente que el estudio de las infancias era importante y no un tema frívolo. Por suerte este campo de estudios en expansión ha mostrado sobradamente la relevancia de pensar a niños y niños como sujetos sociales, partícipes del devenir histórico de muy variadas formas, como depositarios de ideales de ciudadanía o muestra de los fracasos de las políticas públicas y de protección estatal. Ahora bien, la mayor dificultad en la investigación histórica de las infancias siempre será el tema del acceso a las fuentes, a los documentos disponibles que permitan el acercamiento a la vida de niñas y niños en el pasado. Aún así, los debates generados por este campo de especialización han dado cuenta de la gran creatividad que la academia ha logrado a partir del rescate y el uso de fuentes como cartas, historietas, diarios, dibujos, revistas, entrevistas, películas, periódicos o programas de radio, entre muchas otras para identificar las particularidades de las experiencias infantiles, los estereotipos e imaginarios que recayeron sobre niños y niñas, el alcance de las políticas estatales, así como la posición en que determinadas sociedades colocaron a los sujetos infantiles.
El campo teórico
Organizadoras […]: Sabemos de las dificultades de encontrar fuentes historiográficas no adultocéntricas en los archivos. Entonces, ¿Cómo captar la voz, la mirada, las emociones o la experiencia de niños y niñas en las investigaciones historiográficas?
Susana Sosenski: Hay muchas formas de captar las perspectivas infantiles. Pero lo más importante es las preguntas con las que abordamos esas perspectivas, ¿qué queremos saber? ¿Qué queremos estudiar? Debemos partir de la idea de que no existe la voz de niños y niñas per se, sino en su relación con los otros. Toda voz es polifónica; sólo podemos constituirnos como sujetos sociales en tanto nuestras subjetividades se cruzan con otras. De tal modo, las voces o las perspectivas infantiles no dicen algo en sí mismas, sino sólo en el entrecruzamiento con otras voces. Así, se torna imprescindible distinguir los hilos de los que penden, las discusiones que las atraviesan, las fuentes de que su nutren, y el horizonte histórico en que se enuncian, resisten o conversan con otras voces: las institucionales, las oficiales, las de la familia, las escolares, las de los compañeros de clase o de trabajo, los amigos, los vecinos, los productos culturales. Por otro lado, no hay que olvidar que tan importante es el estudio de las voces infantiles, como el estudio de sus silencios. ¿Qué nos dice el silenciamiento de las voces y emociones infantiles? En mi investigación más reciente, Robachicos: Historia del secuestro infantil en México, 1900-1960, encuentro, por ejemplo, que voces y emociones de niños y niñas víctimas de crímenes como violación, rapto, secuestro, corrupción son ignoradas e incluso omitidas en los expedientes judiciales, todavía hasta muy avanzado el siglo XX. Y esto habla, no sólo del lugar que se les impone a esas víctimas menores de edad, sino también de una concepción hegemónica que concibe a niños y niñas siempre como sujetos resilientes; o como vidas “naturalmente” determinadas al abuso y la violencia, especialmente en la intersección entre clase (popular), etnia (indígena) y género (mujer).
Un panorama sobre México y la América Latina
Organizadoras […]: ¿Cómo se ha configurado la historiografía de las infancias y juventudes en su país? ¿Puedes, por favor, elaborar un cuadro actual de los temas y perspectivas de investigación de la historia de las infancias y juventudes en su país?
Susana Sosenski: Para mí los estudios que abrieron la investigación más densa sobre historia de la infancia en México fueron los Alberto del Castillo y Beatriz Alcubierre. Había ya muchos avances, especialmente desde la historia de la familia y la historia de la educación que hablaban de las infancias, pero siempre de manera tangencial. Del Castillo y Alcubierre abrieron el campo de la historiografía más afinada sobre este tema. Actualmente ya muchos colegas han avanzado en este campo, varios trabajos desde la historia de la salud, otros desde la historia de las producciones culturales para la infancia o la historia del trabajo infantil y la criminalidad. Además, se ha logrado estudiar a las infancias desde épocas muy remotas, como el México Antiguo, en donde aparecen los niños y las niñas como sujetos con una posición social de mucha importancia, no sólo en términos de reproducción del trabajo y del género, por ejemplo, sino incluso como cuerpos que se dedican a rituales religiosos. Hay actualmente varios tesistas, de licenciatura y posgrado, avanzando en el conocimiento de las infancias. A diferencia de algunos casos como el de Argentina, Chile y Brasil, en donde se han estudiado a profundidad las infancias en dictadura, para el caso mexicano, los trabajos abarcan mayormente el periodo que va desde el México antiguo hasta mediados del siglo XX.
Organizadoras […]: ¿Cómo ves los diálogos entre la historiografía de las infancias y juventudes de los países latinoamericanos? ¿Cómo podemos avanzar hacia una mayor integración?
Susana Sosenski: Estamos en un momento de un diálogo que se ha intensificado y enriquecido, que ahora además es un diálogo interdisciplinario; tenemos una historiografía vívida que se nutre de los trabajos y las preguntas de colegas en el área de la sociología, la psicología, la literatura, la antropología. La creación de la Red para el Estudio de la Historia de las Infancias en América Latina, en 2015 ha sido, en mi opinión, una iniciativa que ha fortalecido esa integración y discusión y que ha potencializado la articulación de las investigaciones en nuestra región, no sólo a través de encuentros, sino también de pensar proyectos conjuntos y puntos comparativos. Aún con todo este avance, yo sigo teniendo una suerte de “sueño bolivariano” en el que un día, colectivamente, podamos construir una historia más articulada de las infancias latinoamericanas. Porque así como necesariamente hay muchas especificidades locales, que son quizá las que más hemos rescatado, todas esas investigaciones muestran que existen muchas coincidencias, hay una historia trasnacional, hay formas compartidas de concebir, imaginar y tratar a las infancias, por ejemplo, la defensa, en los años veinte y treinta del trabajo como formador de las infancias populares, el tratamiento a la llamada minoridad, la criminalización de niños y niños trabajadores en las calles, el aliento al consumo infantil como forma de vida, el uso económico, sexual y afectivo de las infancias en diversos momentos de la historia, entre muchos otros temas.
II
Silvia Maria Fávero Arend
Doutora em História pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul (2005), professora da Universidade do Estado de Santa Catarina - UDESC, especialista em História dos Direitos da Infância. Coordenadora do Grupo de Trabalho História da Infância e da Juventude - Anpuh/Brasil.
Um cruzamento entre a investigadora e o campo da História das Infâncias e das Juventudes
Organizadoras do dossiê Infâncias, Direitos e Vulnerabilidades: Conte-nos sobre sua trajetória como investigadora e estudiosa no campo da História das Infâncias e das Juventudes. Como se deu seu ingresso nessa área de estudos?
Silvia Maria Fávero Arend: Em 1995, através de um concurso público para a área de História do Brasil, ingressei como docente no então Departamento de Estudos Geo-Históricos, da Universidade do Estado de Santa Catarina (UDESC). O Centro de Ciências Humanas e da Educação (FAED) na época possuía núcleos que agregavam os docentes que realizavam atividades de pesquisa e extensão em diferentes áreas do conhecimento. Em função de minha de pesquisa realizada para a produção da dissertação de mestrado na área da História da Família, optei por vincular-me ao Núcleo de Estudos da Criança e do Adolescente (NUCA). O NUCA era coordenado pela professora Elisabete Nunes Anderle, que atuara em importantes movimentos sociais do período da redemocratização brasileira, bem como fora uma das responsáveis pelo necessário desmonte da Fundação Catarinense do Bem-Estar do Menor (FUCABEM). O NUCA, visando capacitar os técnicos que atuavam no Sistema de Garantia de Direitos das Crianças e Adolescentes de Santa de Catarina, criou no final da década de 1990, um curso de pós-graduação Latu Sensu denominado ‘Metodologias de Atendimento da Criança e do Adolescente em Situação de Risco’. É importante observar que os preceitos sociojurídicos do Estatuto da Criança e do Adolescente começavam a ser implementados nas políticas sociais levadas a cabo naquele momento no país[1]. Fui convidada para ministrar no referido curso a disciplina ‘História da Família’, que continha um grande tópico sobre a História da Infância e Juventude no Brasil. Adentrei no campo, então, a partir do estudo da historiografia nacional e da internacional, bem como em função das orientações das investigações dos/as discentes do curso, cujos temas abordavam os problemas enfrentados pelos técnicos no dia‑a‑dia das instituições de atendimento à infância e adolescência vulneráveis no Estado de Santa Catarina. Foi uma experiência bastante desafiadora no plano acadêmico. Este processo levou-me a produzir uma tese de doutorado em que analisei como se deu a implementação do Juizado de Menores na Comarca da Capital (Florianópolis) durante o primeiro governo de Getúlio Vargas (1930-1945), como também estudei as políticas públicas orientadas pelo prescrito no Código de Menores de 1927[2]. Os autos produzidos pelo Juizado de Menores (sobretudo os Autos de Abandono de Administrativo de Menores) foram utilizados como fonte na investigação. Isso levou-me a problematizar com maior densidade as questões éticas em relação a esta tipologia de fontes. A partir de 2005 passei a desenvolver projetos de pesquisa na área da História da Infância e Juventude, cujo “fio condutor” era o processo de introdução de Direitos para as populações infantojuvenis brasileiras durante os séculos XX e XXI. Nos últimos 10 anos tenho investigado o referido cenário tendo em vista o que se sucedeu durante a redemocratização brasileira (1980-2000). Em 2007 tornei-me docente permanente do Programa de Pós-Graduação em História da UDESC, que tem como área de concentração da História do Tempo Presente[3]. A partir deste período passei a orientar estudos sobre a História das Infâncias e Juventudes sob o enfoque da História do Tempo Presente. Considero que realizar estas duas atividades acadêmicas de forma conjugada foi fundamental, uma vez que a ampliação/consolidação da Ciência se dá em um constante diálogo entre os pesquisadores/as. Por fim, em 2018, me tornei Bolsista Produtividade do Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq)/Ministério da Ciência e Tecnologia. Minha responsabilidade com o desenvolvimento do campo da História da Infância e Juventude no Brasil aumentou. São novos desafios!
Organizadoras […]: Quais foram as suas maiores dificuldades e alegrias investigando no campo da História das Infâncias e das Juventudes?
Silvia Maria Fávero Arend: Em relação às minhas pesquisas as dificuldades foram sobretudo de duas ordens. O acesso às fontes (especialmente as de cunho jurídico) foi frequentemente muito difícil. Seja em função dos autos e de outros documentos relativos às políticas públicas serem produzidos sob o instituto jurídico do “Segredo de Justiça” ou ainda dos arquivos no Brasil oferecerem, muitas vezes, serviços bastante precários aos usuários. A outra questão está associada à historiografia brasileira. Os estudos produzidos no campo da História das Infâncias e Juventudes no país ainda são em pequeno número em comparação a outras áreas da disciplina. Sendo assim, na construção das narrativas, o “diálogo” com os historiadores era e, de certo modo, continua sendo, bastante restrito. Dessa forma, os resultados das investigações tendem a apresentar avanços lentos do ponto de vista teórico-metodológico ou em relação ao conteúdo. Para além da ampliação do campo historiográfico, entendo que as narrativas produzidas pelos pesquisadores sobre a História das Infâncias e Juventudes são de fundamental importância no processo de formulação/implementação das políticas sociais no Brasil. Debater com colegas de outras áreas do conhecimento que atuam no âmbito das políticas sociais demonstra o quão relevante é o discurso da História. Demonstrar que há, sim, “rupturas” na trajetória histórica que envolveu a introdução dos Direitos para crianças, adolescentes e jovens no país, bem como a importância social desse processo, de certo modo, recompensa os esforços empreendidos nas investigações. A construção de uma sociedade brasileira democrática, questionando relações de poder adultocêntricas, machistas, racistas, xenofóbicas e homofóbicas, não é uma tarefa fácil e de curta duração. As discussões propostas pela História das Infâncias e Juventudes podem contribuir sobremaneira para este processo.
O campo teórico
Organizadoras […]: Sabemos das dificuldades de encontrar fontes historiográficas não adultocêntricas nos arquivos. Como captar a voz, o olhar, as emoções, as experiências de crianças e adolescentes na investigação historiográfica?
Silvia Maria Fávero Arend: Entendo que a possibilidade de análise da visão das crianças, adolescentes e/ou jovens, balizando a construção das narrativas históricas, consiste em uma das principais rupturas epistêmicas ocorridas no campo, uma vez que a historiografia era composta geralmente por textos elaborados a partir de fontes de diferentes naturezas produzidas por adultos. Minha resposta para esta questão não será somente de ordem metodológica, mas sim preocupada com o campo sociopolítico. Neste caso, no Brasil, com certa brevidade deveríamos caminhar em dois sentidos complementares: 1) salvaguardar os materiais de diferentes naturezas produzidos pela população infantojuvenil nos arquivos, memoriais, museus etc.; 2) promover a circulação social de ideias que enfatizem a agência das crianças, adolescentes e/ou jovens. Os resultados advindos desta mudança de paradigma sociocultural contribuirão para que a análise dos documentos produzidos pela população infantojuvenil seja realizada sob uma ótica mais próxima da do sujeito, bem como poderá reorientar o nosso olhar no que se refere aos registros da interação entre adultos, crianças e jovens.
Um panorama sobre o Brasil e a América Latina
Organizadoras […]: Como se configurou a historiografia das infâncias e juventudes no seu país? Você poderia, por gentileza, elaborar um quadro atual dos temas e perspectivas de investigação em História das Infâncias e Juventudes no Brasil?
Silvia Maria Fávero Arend: Entendo que a historiografia relativa à História das Infâncias e Juventudes, desde os anos de 1980 até os dias de hoje no Brasil, passou por três fases. Na primeira fase as narrativas foram produzidas geralmente por profissionais de outras áreas do conhecimento, a partir de temporalidades consideradas oficiais e fontes oriundas de instituições de abrigo ou de natureza similar. A segunda fase está associada ao aumento do número de Programas de Pós-Graduação em História no país a partir do início dos anos 2000. As temáticas e problemas dos estudos – dissertações de mestrado e teses de doutorado – se diversificaram, assim como a utilização de fontes plurais na construção das narrativas, com destaque para a imprensa, as emitidas pelos Poderes Executivo, Judiciário e Legislativo e organismos internacionais, as elaboradas nos processos de escolarização, as confeccionadas pelas instituições de abrigo e as produzidas sob a ótica da História Oral. A partir desta fase, a História das Infâncias e Juventudes consolidou-se como uma área de investigação no interior da disciplina no Brasil. A criação do Grupo de Trabalho de História da Infância e da Juventude vinculado à Associação Nacional de História (ANPUH), em 2013, foi de fundamental importância neste processo[4]. O GT da ANPUH nacional e as suas seções estaduais[5] passaram a fomentar um conjunto de atividades acadêmicas (publicações, eventos etc.) com o objetivo de divulgar a produção de conhecimento no país e no exterior[6]. Compreendo que estamos ingressando lentamente em uma nova fase da historiografia em que os pesquisadores brasileiros/as estão começando a questionar alguns paradigmas epistêmicos, bem como temporalidades e o uso de fontes. É possível que as “respostas” às perguntas complexas colocadas por este nosso tempo em relação à sociedade brasileira demandem alçar estes novos voos. É o caminhar da Ciência...
Organizadoras […]: Como você vê os diálogos entre a historiografia das infâncias e juventudes nos países latino-americanos? Como podemos avançar no sentido de uma maior integração?
Silvia Maria Fávero Arend: Há muitos pontos de contato entre as trajetórias de crianças, adolescentes e jovens na América Latina. Contudo, há ainda as especificidades e singularidades advindas das experiências nacionais e regionais. Entendo que o reconhecimento desse fenômeno foi um importante ponto de partida para a criação da Red de Estudios de Historia de las Infancias en América Latina (REHIAL), em 2015, em Buenos Aires[7]. Considero que o diálogo entre os/as pesquisadores/as pode avançar bastante por meio do desenvolvimento de projetos de pesquisa conjuntos, mobilidade acadêmica de pesquisadores/as, divulgação da produção do conhecimento dos diversos países através de revistas científicas e livros, sem deixar de mencionar a realização de eventos internacionais. É um cenário ambicioso, mas almejado por uma parcela significativa dos/as pesquisadores da América Latina.
[1] Doutora em Educação. Docente do curso de Pedagogia da Unochapecó. Brasil. E-mail: alinel@unochapeco.edu.br | https://orcid.org/0000-0001-9766-293X
[2] Doutora em História pela Universidade do Estado de Santa Catarina. Professora de História do Ensino Básico, Técnico e Tecnológico junto ao Instituto Federal do Espírito Santo – IFES/Campus Aracruz. Coordenadora do Grupo de Trabalho História da Infância e da Juventude da Anpuh/Seção Santa Catarina, no binômio 2020/2022. Brasil. E-mail: camis.hst@gmail.com | https://orcid.org/0000-0003-1893-1543
[3] Doutora em História pela Universidade do Estado de Santa Catarina – UDESC. Professora na Universidade Estadual do Norte do Paraná – UENP. Brasil. Contato: lismachieski@gmail.com | https://orcid.org/0000-0002-1394-5180
[1] BRASIL. Lei Número 8.069, de 13 de julho de 1990.
[2] BRASIL. Decreto Número 17.943-A, de 12 de outubro de 1927.
[3] Ver: https://www.udesc.br/faed/ppgh.
[4] Ver: https://anpuh.org.br/index.php/quem-somos/grupos-de-trabalho/atividades/item/298-gt-de-historia-da-infancia-e-da-juventude.
[5] As seções estaduais da ANPUH em 2021 são as seguintes: Paraná, Pernambuco, Rio Grande do Sul, São Paulo, Santa Catarina e Piauí.
[6] Ver: https://doity.com.br/seminarioinfancias2021.
[7] Ver: https://www.aacademica.org/rehial.
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